LA EXPLOTACIÓN INFANTIL Y ADULTA EN EL MUNDO ACTUAL
Aunque el siglo XXI es sinónimo de
evolución, de tecnología y de mejorías en todos los aspectos de la vida:
sociales, sanitarios, político o laboral, sin embargo, a pesar de encontrarnos
a punto de entrar en el año 2018 hay partes del mundo que siguen teniendo comportamientos
propios de la Edad Media.
A pesar de que los derechos del trabajador quedaron establecidos durante
Revolución Industrial a principios de siglo XIX, hoy en día día hay muchos empleados
que siguen ejerciendo sus labores en condiciones penosas,
algunas infrahumanas y consideradas de esclavitud.
Un Ejemplo de ello se ve reflejado
en un documental publicado por la BBC, donde unos periodistas consiguieron
infiltrarse en una de las fábricas proveedoras de Iphones y Ipads para Apple, y
grabaron las pésimas condiciones en las que sus empleados ejercían las labores
de producción y ensamblaje de los productos para Apple. Se trata de la planta
de Pegatron, ubicada en Shangai (China), un centro de trabajo donde se constantemente
se incumple la normativa que respeta los derechos laborales y cualquier tipo de
prevención de riesgos laborales. Los empleados están tan cansados que se quedan
dormidos sobre los taburetes en los que trabajan. Uno de los periodistas que lo
grabó relata que fue obligado a trabajar durante 16 horas seguidas sin poder
descansar
Estos esclavos
de hoy no guardan parecido con los que aparecían en los libros de Historia, no
reman en galeras ni levantan una pirámide. Tampoco tienen que pagar tributos a
un señor feudal. Los esclavos del siglo XXI trabajan hasta la extenuación, les
fuerzan a un matrimonio que no desean o caen al pozo de la trata de blancas. Lo
que hoy llamamos“ afecta
a 45,8 millones de personas en todo el mundo, que es casi como la
población de España.
El 58 % de los
esclavos del mundo viven en la India, China, Pakistán, Bangladesh y Uzbekistán. Aunque los países con mayor porcentaje de
esclavos por habitante son Corea del Norte, Uzbekistán, India, Camboya y Qatar,
curiosamente este último país acoge grandes premios de motociclismo y Fórmula 1, patrocina equipos de fútbol y organizará el Mundial del año 2022.
Según este informe, Qatar tiene 30.300 esclavos sobre una población de
2.235.000 habitantes.
A diferencia de las
grandes epidemias mundiales como la malaria o el SIDA, la
esclavitud es
algo de nuestra propia fabricación.
LA EXPLOTACIÓN INFANTIL
Pero si la explotación o la esclavitud de cualquier
ser humano son detestable, cuando esta recae sobre los niños o niñas, esta
situación es mucho más trágica. Todavía aunque parezca increíble en el siglo
XXI miles de niños/as están sometidos a trabajos forzoso por endeudamiento, la
explotación sexual con fines comerciales, el trabajo en la mina y en la
agricultura, el reclutamiento armado, el matrimonio forzoso y la esclavitud
doméstica. En todo el mundo 85 millones de niños y niñas son víctimas
de alguna de las formas de esclavitud infantil.
85 millones de niños y niñas sufren
hoy una de las violaciones de derechos humanos más graves que los adultos
pueden ocasionar a las niñas y niños.
Aunque muchos gobiernos y organizaciones no
gubernamentales llevan a cabo programas, para erradicar las causas que
hacen a los niños vulnerables frente a la explotación,
fundamentalmente, la pobreza, la discriminación, la falta de políticas sociales
y de acceso a una educación adecuada y de calidad, la realidad es que millones
de niños siguen siendo víctimas de esta penosa situación.
Según UNICEF, los principales
sectores de explotación de niños y niñas son el matrimonio infantil, la
utilización de niños como jinetes de camellos, los niños soldados, los esclavos
sexuales y trabajos en condiciones duras y peligrosas (sector rural, industria,
servicio doméstico, servicios y trabajo en la calle). Todas estas actividades
son realizadas por niños y niñas en edades que van desde los 5 hasta los 18
años. Y según La Organización Internacional del Trabajo actualmente unos 168 millones de niños son víctimas de
trabajo infantil en el mundo, de los cuales 85 millones de ellos sufren las
peores formas de trabajo infantil
Por regiones, en África subsahariana y América Central
y el Caribe, los niños y niñas suponen más del 60% de todas las víctimas
expuestas a sufrir algún tipo de explotación. Las mujeres y niñas son
explotadas principalmente para matrimonios forzados y esclavitud sexual,
mientras que los hombres y niños son captados en su mayoría para trabajos
forzosos en distintos sectores.
El que todavía en pleno siglo XXI
existan este tipo de explotaciones se debe, entre otras cosas, a que los niños
son una mano de obra barata y, para algunas actividades, su pequeño tamaño o
ligereza los hacen muy valiosos (minería, manufactura).
El caso de la esclavitud sexual es muy
especial, pues aunque suele estar prohibido expresamente en casi todos los
países del mundo, la ley de la oferta y la demanda hace que esté aumentando el
número de niños y niñas víctimas de este tipo de explotación.
Para conseguir su erradicación la
explotación infantil en cualquiera de sus formas es fundamental, intentar
concienciar a la gente sobre todo en los ámbitos en los que se desarrolla la esclavitud
infantil: trabajando con las familias para amentar los ingresos económicos de
las mismas; cambiar los patrones sociales y culturales de tolerancia hacia la
violencia y la explotación de niñas y niños; fortaleciendo los gobiernos para
identificar, prevenir y atender los casos de explotación infantil en los
países, o promover y sobre todo facilitar
el acceso de los niños a la educación.
Pero no solo hay que combatir la
esclavitud infantil en aquellos países en los que se produce de manera visible
y clara. Desde sociedades como la nuestra se puede enseñar sobre todo a los más
jóvenes, dentro del entorno familiar y en los colegios, a poner su granito de
arena para dificultar la expansión de este tipo de prácticas. Por ejemplo sería
muy interesante que cuando vamos de compras, nos preguntáramos de dónde
provienen algunas de las prendas que compramos o porque a veces tienen un
precio tan barato…Para que una prenda de algodón llegue al mercado, ha tenido
que cultivarse el algodón, recogerlo, hilarlo, tejerlo, diseñarlo, transportarlo
hasta un sitio y venderlo. Todo esto supone mucho tiempo de trabajo. ¿Si esto
luego vale muy poco o casi nada, a cuánto se reparte el precio de la hora de
trabajo?
Si analizamos este último punto, nos
daremos cuenta, que de alguna manera todos somos un poco responsables de esta
situación y que podríamos hacer mucho más de lo que hacemos, para terminar con
este drama que sufren tantos niños en el mundo.