LA PRODUCCIÓN DE ACEITE
DE OLIVA Y SU CONSUMO
La producción de Aceite de
Oliva consiste en la extracción del Aceite del fruto por procedimientos
mecánicos lo menos agresivos posible para conservar al máximo las propiedades y
características del zumo de aceitunas obtenido
Esta labor es la que más mano de obra y esfuerzo requiere de todas las
que se realizan con los Olivos a lo largo del ciclo anual de cultivo y la que
más influye en el precio y calidad final del Aceite de Oliva generado.
Para producir 1 litro de Aceite de Oliva son necesarios entre 4 y 5
kilos de aceitunas.
El Aceite de Oliva, al contrario que otros productos naturales como el
vino, no mejora con el paso del tiempo y conviene consumirlo cuanto antes dentro
del año de su producción. Algunas variedades de Aceite como el de variedad
Picual tienen una estabilidad superior y se pueden conservar hasta 18 meses sin
perder sus cualidades sensoriales.
La producción de Aceites de Olivas Vírgenes no se producen mediante
ningún proceso químico, ni térmico o físico agresivo, lo que da una idea clara
de la diferencia de calidad entre los Aceites de Oliva Vírgenes y los refinados
o extraídos partiendo de orujo en lugar de aceitunas frescas.
El proceso de producción comienza con la recogida de la aceituna, por
ordeño (de forma manual), vareo (golpeo con una vara flexible), o vibración
mecánica. El paso siguiente es su transporte hasta la Almazara o al Molino
donde se extraerá el Aceite.
En la Almazara, la aceituna se separa de las ramas, hojas y piedras que
acompañan la Aceituna desde el proceso de recogida. Se lava antes de molturarla
o molerla. Tanto la molturación como la molienda consisten en romper la
aceituna y convertirla en una pasta que sea posible tratar para extraer las
pequeñas gotas de aceite contenidas.
Durante los últimos cinco años, el consumo de aceite de
oliva ha caído 1,3 litros por persona y el gasto se ha incrementado en 4,3
euros per cápita, según el informe que la agencia estatal Mercasa elabora anualmente basándose en la
información aportada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y
Medio Ambiente.
Durante el año 2015 los hogares españoles consumieron 372,8
millones de litros de aceite de oliva y gastaron 1.252,5 millones de euros en
este producto.
El consumo más notable corresponde al aceite de oliva no
virgen (4,8 litros por persona y año), seguido del aceite de oliva virgen (4,2
litros per cápita). En cuanto al gasto, el aceite de oliva no virgen concentra
el 52,7%, con un total de 14,8 euros por persona, mientras que el aceite de
oliva virgen supone el 47,3% restante con un total de 13,3 euros por persona.
Por Comunidades Autónomas, Cantabria, Galicia y País Vasco
concentran los mayores consumos, mientras que la demanda más reducida se
localiza en Navarra, Castilla-La Mancha y la Región de Murcia.
BENEFICIOS DEL CONSUMO DE ACEITE DE
OLIVA
El aceite de oliva extra virgen
es un producto muy utilizado en la gastronomía por su suave sabor y por las
múltiples propiedades que tiene para la salud. Este producto ha sido fuente de investigación durante muchos años y
actualmente se le atribuyen propiedades beneficiosas tanto para la salud como
para la belleza.
Este tipo de aceite contiene
cantidades importantes de grasas monoinsaturadas y ácido oleico, los cuales se
han relacionado con una reducción del riesgo de la enfermedad coronaria.
Además, contiene antioxidantes y otros nutrientes antiinflamatorios que podrían
reducir los niveles de colesterol malo, combatir los radicales libres y
prevenir el envejecimiento prematuro.
También se ha demostrado que el aceite de oliva virgen extra es capaz de
reducir la presión arterial en mujeres hipertensas.
Un
reciente estudio determinó que las personas que consumen aceite de oliva
frecuentemente en su dieta tienen menos incidencia de padecer cáncer gracias a su alto
contenido de ácido oleico. Además, el aceite de
oliva contiene antioxidantes, flavonoides, polifenoles y escualeno, los cuales
también serían clave en este beneficio.